Una cafetera que pierde agua, un secador que saca humo, una tostadora con la resistencia quemada… constantemente estamos renovando pequeños electrodomésticos que nos ayudan a hacer el día a día más fácil. Pero, ¿sabes que si los envías al vertedero al final de su vida útil pueden ser extremadamente nocivos para el medio ambiente?
En la chatarrería te los recogemos. Aunque pequeños en tamaño, contienen gran cantidad de metales valiosos que podremos reciclar dándoles una nueva vida en otros productos, y contribuyendo así a dar un empuje a la economía circular y a construir un futuro más sostenible.
Algunos pequeños electrodomésticos que podemos reciclar
Hervidores eléctricos, maquinillas de afeitar, tostadoras, batidoras, planchas, secadores de pelo, cepillos de dientes eléctricos, molinillos, cafeteras y teteras eléctricas, teléfonos móviles, aspiradores de mano, sandwicheras, freidoras eléctricas, exprimidores, cortafiambres, robots de cocina, picadoras, planchas de asar, máquinas de coser, barbacoas, relojes, balanzas.
Todos ellos son clasificados en la chatarrería como RAEE (Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos) y de ellos todavía se recicla menos del 40%. Además, esta basura electrónica cada día va en aumento y, según datos de la ONU, podría duplicarse en el año 2050. Aunque los grandes electrodomésticos han entrado ya más de lleno en la rueda del reciclaje, todavía no somos conscientes de seguir los mismos pasos con estos aparatos más pequeños.
Qué metales podemos reutilizar de los pequeños electrodomésticos
Los pequeños electrodomésticos son productos complejos que incluyen numerosas partes y componentes de metal, plástico, madera, tarjetas de circuitos impresos, tubos de rayos catódicos, pantallas de cristal líquido, cables, pilas, baterías, componentes eléctricos y electrónicos, diversos fluidos, contrapesos de hormigón, cartuchos de impresión, motores eléctricos, etc. Estas piezas y componentes están fabricados en materiales muy diversos y de diferente naturaleza.
Entre ellos encontramos metales férreos y no férreos, y la proporción de cada uno dependerá del tipo de aparato en cuestión. Según cifras del Ministerio de Transición Ecológica, estos residuos contienen un 19% de metales férricos y 1% de metales no férricos. Habitualmente se trata de metales tratados porque generalmente en su estado “puro” sus propiedades no serían tan satisfactorias en cuanto a durabilidad, manejabilidad y resistencia
Acero inoxidable, aluminio, acero al carbono, acero galvanizado, cobre, titanio, zinc, latón y bronce son algunos de los recubrimientos utilizados en este tipo de aparatos. Muchos de estos electrodomésticos contienen también tierras raras que son responsables del funcionamiento de muchas de sus aplicaciones. Todos estos materiales confieren un elevado valor a estos residuos ya que la extracción natural de este tipo de materiales es costosa y escasa.
El reciclado de estos pequeños electrodomésticos, piezas fundamentales pues de la minería urbana, debe ser llevado a cabo por expertos, ya que muchos de ellos podrían contener también materiales nocivos para la salud como de mercurio, aceites, cadmio, cromo, arsénico, antimonio o plomo. Por ello os animamos a llevarlos a la chatarrería, donde nos encargaremos de realizar el mejor tratamiento para su reciclado y desecho.