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¿Cómo fragmentamos los metales para reciclar?

La fragmentación forma parte del proceso de reciclado de los metales. Tras su recogida y clasificación, en la chatarrería los metales pueden seguir dos caminos: la compactación o prensado y la fragmentación, el proceso por el cual los residuos clasificados se dividen en trozos más pequeños para poder ser expedidos hasta una fundición y ser reutilizados. En este post te contamos paso a paso cómo se fragmentan los metales.

¿Por qué es necesario fragmentar los metales?

La razón principal por la que llevamos a cabo el proceso de fragmentación es para separar el material férrico del no férrico y de otros elementos, los que denominamos “inertes”.

Paso 1: cortar el metal

Como ya tendremos previamente clasificado el material, llevaremos a cabo este proceso teniendo en cuenta que, según el tipo de material, el proceso y el destino final serán distintos:

  • Hierro fundido: en este caso el material que llega a la planta se tritura y se envía a fundiciones.
  • Hierro fuerte: se corta con cizalla y se envía a fundiciones.
  • Hierro blando: en este caso, el material se corta y se introduce dentro de un rotor que lo tritura y en el que hay un sistema de aspiración que recoge el polvo y lo almacena en un silo para llevarlo posteriormente a un gestor de residuos autorizado para su tratamiento. Seguidamente, se somete la chatarra triturada al proceso de separación de los diferentes tipos de metales (por imanes, granulometría, separación manual y otros métodos como el de flotación en una disolución de FeSi).

Paso 2: separar el metal

Los metales férricos y no férricos, continúan el proceso hasta llegar a un tambor magnético, donde se realiza la clasificación mediante un imán. Aquí se separan, por un lado, los metales férricos que se valorizan en la industria siderúrgica y, por otro, los metales no férricos junto con una cierta cantidad de impurezas.

Paso 3: eliminar las impurezas 

En esta fase se separa el metal de acuerdo con su granulometría (tamaño) y densidad. Por un lado, se obtiene una mezcla de metales con una composición de

hasta el 70% de aluminio que se destinan a la venta, y por otro, una mezcla de materiales valiosos (cobre, aluminio, zinc) y una cierta cantidad de impurezas con trazas de metales.

Paso 4: destriar las impurezas

La mezcla que contiene trazas de metales se hace pasar por otro tromel, de modo que por un lado se obtiene basura con cantidades muy pequeñas de metales, que se lleva a un gestor autorizado, y por el otro, metales no férricos (cobre, aluminio, zinc, acero inoxidable y otros). 

A partir de esta fase del proceso, se puede vender la mezcla o bien se puede separar, mediante flotación en una disolución de hierro y silicio, que permite obtener dos tipos de productos: aluminio o bien una mezcla de latón, cobre, zinc y calamina (mezcla de cobre y zinc). El aluminio se vende a fundición y el resto se suele vender a otras empresas de clasificación de metales.

Plantas de fragmentado

Las plantas  de  fragmentado se  componen generalmente de las siguientes piezas:

  • Un rotor, un componente pesado que gira a  alta  velocidad  para triturar  la chatarra alimentada en el interior del alojamiento.
  • Un sistema de limpieza del aire para extracción de  polvo  primaria  y secundaria.
  • Equipos de separación.
  • Una  variedad de sistemas para dividir los materiales fragmentados  en chatarra ferrosa, no ferrosa y residuos de impurezas. 

Existen también sistemas de  clasificación basados en máquinas  de  zarandeo, para  distribuir la chatarra en diferentes fracciones de tamaño y facilitar así su manipulación y separación. La mayoría están equipadas con cintas transportadoras para mover los materiales. Las plantas de fragmentado en Europa son mayoritariamente de tamaño mediano.

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