El virtuoso círculo del reciclaje de metales
El papel que juega el reciclaje en la sostenibilidad es innegable y si hilamos más fino, el reciclaje de metales es vital en la lucha contra el calentamiento global. Los metales ferrosos y no ferrosos se encuentran en muchos productos manufacturados de uso cotidiano (electrodomésticos, productos electrónicos), en la construcción y en las infraestructuras energéticas. En la actualidad, cerca de un 10% de la energía primaria mundial se utiliza para extraer o refinar metales, y el sector es responsable del 7% de las emisiones de CO2. Desde el imperativo medioambiental hasta la idea de que los recursos naturales son limitados, se espera que el reciclaje de metales crezca con fuerza a largo plazo.
El reciclaje de metales da respuesta a muchos retos medioambientales y además ofrece grandes ventajas.
- Reduce la presión sobre los recursos básicos, lo cual es esencial en un contexto global de alta demanda y escasez de capacidad a largo plazo debido a las necesidades de la transición energética.
- Contribuye al ahorro de energía, ya que la energía consumida para producir metales reciclados es aproximadamente un 40% menor que la necesaria para la producción primaria, en particular gracias al uso de hornos de aire caliente (frente a los altos hornos de la producción primaria)
- Contribuye a la reducción del calentamiento global al evitar unos 950 millones de toneladas de CO2 al año en todo el mundo. A modo de ejemplo, una tonelada de metal reciclado comparada con una tonelada de metal primario reduce las emisiones de CO2 en un 58% en el caso del acero, 65% en el del cobre y hasta 92% en el del aluminio.
Si los metales básicos (cobre, aluminio, níquel) alcanzan tasas de reciclado significativas de entre el 40 y el 60 3, el reto clave en los próximos años será desarrollar capacidades de reciclado a gran escala para los metales raros, un componente muy importante de las baterías, por ejemplo (actualmente se recicla menos del 1 de litio).
