En la mayoría de las casas es posible encontrar estructuras, muebles, accesorios y ornamentos fabricados con hierro, acero u otro tipo de metales que, con el paso del tiempo y por la exposición a la humedad, pueden dar muestras de deterioro por la presencia de óxido, incluso en piezas que cuentan con la protección extra de una capa de pintura.
El óxido no sólo daña la estética de las superficies afectadas, sino que también termina afectando su integridad, debilitándola y provocando desprendimientos. Por eso es importante tomar las medidas necesarias paa eliminar las manchas de óxido, sobre todo si se dispone a pintar la pieza metálica afectada.
La tarea de quitar el óxido de una superficie de metal requiere el empleo de diferentes herramientas y métodos, dependiendo de que se trate de una oxidación ligera y superficial, o pesada y profunda.
Para el primer caso, puede bastar el uso de herramientas abrasivas sencillas, como un cepillo de alambre o una lana de acero, con las cuales se debe raspar las áreas herrumbradas para eliminar las escamas y el óxido de la superficie, para luego aplicar un tratamiento anticorrosivo.
Para situaciones en las que la pieza de metal más grande presente manchas más profundas y fuertes de óxido, será necesario trabajar un poco más, recomendándose utilizar para ello una lijadora eléctrica. Con esa herramienta se debe comenzar con la zona más áspera para luego pasar lentamente a las áreas menos afectadas para reducir la aspereza del metal.
Para limpiar a fondo aquellos puntos que están muy oxidados o que son demasiado delicados o detallados para ser sometidos al roce de materiales abrasivos, conviene usar una imprimación especial que penetra en el óxido y lo convierte químicamente en una superficie apta para ser pintada.
Este producto químico, conocido precisamente como convertidor de óxido, no sólo permite recuperar el área afectada por la herrumbre, sino que también ayuda a que las capas posteriores de pintura se adhieran mejor al metal y lo protejan mejor de los ataques de la humedad.
Si la superficie a tratar es muy suave, se recomienda aplicar ese soporte en aerosol, mientras que los metales más ásperos necesitan el uso de un imprimante con relleno que ayude a cubrir los poros y otras imperfecciones.
Pintura de metales recuperados del óxido
En cuanto a la pintura a utilizar sobre los metales reparados, existen en el mercado distintos productos aptos para esta clase de material, pero conviene desembolsar un poco más de dinero para adquirir aquellosquesean de muy buena calidad, para asegurar un trabajo final más resistente a los factores ambientales adversos y, por ende, más duradero.
Como en todo trabajo de imprimación y pintura, es importante que las piezas que fueron sometidas al raspado del óxido se encuentren bien limpias, libres de partículas que pudieran entorpecer la correcta adhesión de los productos que se aplicarán posteriormente.
Fuente: albañiles.org